Impávido ante el peligro, Akshan combate el mal con gran carisma, ganas de impartir justa venganza y una evidente falta de camisetas. Domina el arte del combate sigiloso, por lo que es capaz de desaparecer a los ojos de sus enemigos y volver a aparecer cuando menos se lo esperan. Con un gran sentido de la justicia y un arma legendaria capaz de revivir a quien muere en combate, Akshan enmienda las injusticias cometidas por los canallas de Runaterra siguiendo siempre su propio código moral: ''No seas un capullo''.